La huella de carbono representa el impacto ambiental de las actividades humanas, especialmente en términos de emisiones de gases de efecto invernadero como el dióxido de carbono (CO₂), metano (CH₄) y óxido nitroso (N₂O). En el ámbito industrial, estas emisiones pueden ser directas, generadas por la empresa, o indirectas, derivadas del consumo energético.
En el sector del transporte, la gestión eficiente de flotas es esencial para reducir la huella de carbono. Uno de los aspectos clave, pero muchas veces subestimado, es el estado de los neumáticos. Su desgaste puede representar hasta el 50% de las emisiones de partículas del transporte por carretera. Además, neumáticos mal mantenidos o con presión inadecuada aumentan la resistencia al rodaje, lo que conlleva mayor consumo de combustible y, por ende, mayores emisiones de CO₂. Una revisión periódica y el buen estado de los neumáticos contribuyen significativamente a mejorar la eficiencia energética del vehículo y reducir su impacto ambiental.
El cambio de neumáticos debe considerarse en distintas circunstancias:
- Fecha de caducidad: Su vida útil es de aproximadamente cinco años, aunque pueden requerir cambio antes según su uso y desgaste.
- Desgaste de llantas: A medida que se reduce el agarre, disminuye la seguridad.
- Deformaciones y bultos: Generalmente causados por impactos fuertes; requieren cambio inmediato.
- Desgaste irregular: Puede reflejar problemas de alineación o balanceo.
- Grietas visibles: Provocadas por condiciones climáticas y exposición solar, afectan gravemente la seguridad.
Gracias a la tecnología, hoy es posible aplicar estrategias sustentables basadas en información en tiempo real. En este contexto, Btrak se presenta como un sistema integral de gestión de flotas que permite mejorar la toma de decisiones operativas, optimizando recursos y reduciendo la huella de carbono.
Las herramientas que ofrece Btrak incluyen:
- Planificación de rutas: Optimiza los trayectos, evita zonas de congestión y reduce el desgaste del vehículo y las emisiones.
- Evaluación del comportamiento del conductor: Monitorea prácticas como frenados, aceleraciones y giros bruscos, lo que ayuda a reducir el consumo de combustible y el desgaste mecánico.
- Mantenimiento de flota: Facilita la programación de revisiones preventivas, lo cual es crucial para asegurar que los neumáticos se mantengan en óptimas condiciones.
- Control del consumo de combustible: Analiza los patrones de uso de combustible para implementar mejoras operativas y reducir costos.
En definitiva, una gestión inteligente de flota con foco en el mantenimiento de neumáticos es una medida efectiva para reducir la huella de carbono. Las empresas que adoptan estas prácticas no solo aportan al cuidado del medio ambiente, sino que también mejoran su eficiencia operativa y generan ahorros económicos sostenibles a largo plazo
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